16 de diciembre de 2012

Cuando las ventanas son muy grandes

Por Israel Romero Alamo


Cuando las ventanas son muy grandes, hay que tomarse el tiempo necesario para limpiarlas con bastante cuidado. Creo que lo bueno de que las ventanas sean muy grandes es que siempre hay alguien ajeno que las limpia y, como son muy grandes, ese alguien trabajará más y tendrá más dinero para llevar a su hogar que el que tendría limpiando una reducida ventana de un metro cuadrado.

Sin embargo, cuando las ventanas son muy grandes, sus vidrios suelen retumbar en los temblores y causar una especie de trágica premonición en la mente de las personas. Por aquí, en el Perú, a cada rato hay temblores y aunque la tecnología de punta intente anular con lógico razonamiento esas premoniciones, nada me quita de la cabeza la idea de ver sables de cristal volando dispuestos a atravesar yugulares. Pero eso, desde luego, es algo psicológico, supongo.

Las ventanas muy grandes, en esta parte del planeta y a esta altura de la historia, invitan a ingresar a las viviendas al calentamiento global con todo y sol y agujeros negros obligando a usar cortinas o persianas, según sea el gusto y caso. Las persianas no tienen nada de malo, su tecnología es buenísima. De vez en cuando es bueno mirar unas agradables persianas beige en lugar de un despejado cielo con el malvado e incandescente sol en medio de él.

Cuando las ventanas son muy grandes, y no tenemos dinero para persianas, hay que poner cortinas. Poner cortinas significa amontonar polvo en ellas. Poner cortinas implica que cada cierto tiempo hay que descolgar religiosamente las cortinas, meterlas a la lavadora, lavarlas, secarlas y volverlas a colgar en su riel y, mientras esto dure, mirar el despejado cielo con el malvado e incandescente sol en medio de él.

Cuando las ventanas son muy grandes ingresa mucha luz, la cual es casi siempre más de la necesaria. La luz no siempre es buena. La luz en exceso no deja ver televisión ni nada que tenga pantalla. La luz en exceso hace ver más desorden cuando la casa de por sí está desordenada. La luz en exceso da un desesperante calor de playa (sin mar). La luz en exceso invita a bandadas de moscas a pasar y los peruanos (que no tienen las casas que salen en revistas) son normalmente desordenados y tienen alguna mosca jodiendo por ahí. La luz en exceso es dañina.

Sin embargo, la tecnología de punta también aquí nos da la solución y nos brinda unos bonitos vidrios espejados verdes, azules o grises para decir: ¡No te queremos, luz! ¡No te queremos, sol!

El sol en los cristales del edificio Costa Blanca. Lima, Perú (Artadi Arquitectos) Fuente: Plataforma Arquitectura

Las ventanas muy grandes incitan al vouyerismo. Con las ventanas muy grandes no se puede pelear, gritar o copular con tranquilidad, ya que siempre hay que estar atento a que alguna vecina chismosa no esté escondiéndose detrás de la cortina de su casa juzgando nuestro libre accionar. Aunque si nosotros somos la vecina chismosa, como buenos peruanos, la cosa cambia, y quisiéramos que la ventana muy grande sea aún más grande. Es divertido mirar, pero no es divertido que te miren.

Cuando las ventanas son muy grandes, podemos ver (si las cortinas están abiertas) lo que sucede en la calle. De repente podemos ver el cerco eléctrico de la casa del frente, el techo sucio de la caseta del vigilante o, de pronto, podemos ver nuestro propio cerco de reluciente ladrillo caravista. En ciudades como las nuestras siempre hay algo que ver. Lo importante es siempre mirar al exterior: dice el libro, la fórmula.

Cuando las ventanas son muy grandes, hay una sensación abrumadora de inseguridad. Cuando las ventanas son muy grandes, hay que ponerle en la parte exterior alguna parrilla de circulitos o rombitos de acero para evitar a los ladrones o para evitar que algún desadaptado tenga la suficiente suerte como para cruzar nuestra reja con una piedra a velocidad, y así despedazar nuestro cristal que barato no ha costado.

O sea, cuando las ventanas son muy grandes, en el Perú, hay que ponerle rejas. Los arquitectos aman las ventanas muy grandes pero detestan visceralmente las rejas, cuando estas lo único que han hecho ha sido evitar robos y agresiones.

Cuando los arquitectos quieren poner ventanas muy grandes, las blindan, hacen estas más gruesas y poderosas para que nadie se las traiga abajo. Sin embargo, esto implica un gasto mucho, muchísimo mayor que solo puede costear gente igual de poderosa. La arquitectura de las ventanas muy grandes no está hecha para gente no poderosa.

Cuando las ventanas son muy grandes son más bonitas, sobre todo hasta una semana después de colocada, oleada y fotografiada. Luego de esta semana cuando el arquitecto ya partió con su foto HD la propia familia se encargará de las cortinas, las rejas, las cintas de seguridad y toda esa carísima ceremonia de elementos creados para el ser humano en su arduo afán por repeler al sol, la excesiva luz, el insoportable calor, las miradas, los ladrones y los paisajes urbanos. Todos estos elementos, creados por el ser humano común y corriente en su difícil labor por desligarse del exterior, en el que su principal adversario suele ser la arquitectura del arquitecto, la que pregona exactamente todo lo contrario: la arquitectura de ventanas muy grandes.


Arquitectura sin habitar. Arquitectura para la foto. Oficinas Zamora, España (Alberto Campo Baeza) Fuente: Plataforma Arquitectura

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que articulo para mas incoherente, se evidencia q detras de esta revista no existen profesionales calificados con el suficiente criterio tecnologico en cuanto arquitectura... no conocen la infinidad de vidrios q existen en cuanto temas acusticos, solares, etc... porfavor, no sigan publicando cada tonteria q lo unico que hacen es mostrar su ignoracia como arquitectos, dejando asi una mala imagen de los buenos arquitectos en chimbote.

Anónimo dijo...

interesante, dar a las edificaciones lo que realmente necesita en luz y en ventilación en vez de seguir realizando diseños a ojos cerrados dejándonos guiar por patrones que imponen una moda pero al igual que la moda a no todos les acomoda; como una critica y auto critica podría manifestar que es por falta de criterio en el diseño.

JMH dijo...

Creo que lo incoherente fue tu comprensión lectora, a leer de nuevo! Saludos para la gente de La Chimenea, genial punto de vista.

GBM dijo...

Buen post. Es la moda finalmente, y olvidarse del acondicionamiento ambiental (¿qué es eso?) y tantas otras variables que antes importaban. Pero qué chu, es Lima y el Perú...