Cuando
las ventanas son muy grandes, hay que tomarse el tiempo necesario para
limpiarlas con bastante cuidado. Creo que lo bueno de que las ventanas sean muy
grandes es que siempre hay alguien ajeno que las limpia y, como son muy
grandes, ese alguien trabajará más y tendrá más dinero para llevar a su hogar
que el que tendría limpiando una reducida ventana de un metro cuadrado.
Sin
embargo, cuando las ventanas son muy grandes, sus vidrios suelen retumbar en los
temblores y causar una especie de trágica premonición en la mente de las
personas. Por aquí, en el Perú, a cada rato hay temblores y aunque la tecnología
de punta intente anular con lógico razonamiento esas premoniciones, nada me
quita de la cabeza la idea de ver sables de cristal volando dispuestos a
atravesar yugulares. Pero eso, desde luego, es algo psicológico, supongo.
Las
ventanas muy grandes, en esta parte del planeta y a esta altura de la historia,
invitan a ingresar a las viviendas al calentamiento global con todo y sol y
agujeros negros obligando a usar cortinas o persianas, según sea el gusto y
caso. Las persianas no tienen nada de malo, su tecnología es buenísima. De vez
en cuando es bueno mirar unas agradables persianas beige en lugar de un despejado
cielo con el malvado e incandescente sol en medio de él.
Cuando
las ventanas son muy grandes, y no tenemos dinero para persianas, hay que poner
cortinas. Poner cortinas significa amontonar polvo en ellas. Poner cortinas
implica que cada cierto tiempo hay que descolgar religiosamente las cortinas, meterlas a
la lavadora, lavarlas, secarlas y volverlas a colgar en su riel y, mientras esto
dure, mirar el despejado cielo con el malvado e incandescente sol en
medio de él.
Cuando
las ventanas son muy grandes ingresa mucha luz, la cual es casi siempre más de
la necesaria. La luz no siempre es buena. La luz en exceso no deja ver televisión ni nada que tenga pantalla.
La luz en exceso hace ver más desorden cuando la casa de por sí está
desordenada. La luz en exceso da un desesperante calor de playa (sin mar). La
luz en exceso invita a bandadas de moscas a pasar y los peruanos (que no tienen
las casas que salen en revistas) son normalmente desordenados y tienen alguna
mosca jodiendo por ahí. La luz en exceso es dañina.
Sin embargo, la tecnología de punta también aquí nos da la solución y nos brinda unos bonitos vidrios espejados verdes, azules o grises para decir: ¡No te queremos, luz! ¡No te queremos, sol!
Sin embargo, la tecnología de punta también aquí nos da la solución y nos brinda unos bonitos vidrios espejados verdes, azules o grises para decir: ¡No te queremos, luz! ¡No te queremos, sol!
El sol en los cristales del edificio Costa Blanca. Lima, Perú (Artadi Arquitectos) Fuente: Plataforma Arquitectura |
Las ventanas muy grandes incitan al vouyerismo. Con las ventanas muy grandes no se puede pelear, gritar o copular con tranquilidad, ya que siempre hay que estar atento a que alguna vecina chismosa no esté escondiéndose detrás de la cortina de su casa juzgando nuestro libre accionar. Aunque si nosotros somos la vecina chismosa, como buenos peruanos, la cosa cambia, y quisiéramos que la ventana muy grande sea aún más grande. Es divertido mirar, pero no es divertido que te miren.
Cuando
las ventanas son muy grandes, podemos ver (si las cortinas están abiertas) lo
que sucede en la calle. De repente podemos ver el cerco eléctrico de la casa
del frente, el techo sucio de la caseta del vigilante o, de pronto, podemos ver
nuestro propio cerco de reluciente ladrillo caravista. En ciudades como las
nuestras siempre hay algo que ver. Lo importante es siempre mirar al
exterior: dice el libro, la fórmula.
Cuando
las ventanas son muy grandes, hay una sensación abrumadora de inseguridad.
Cuando las ventanas son muy grandes, hay que ponerle en la parte exterior alguna
parrilla de circulitos o rombitos de acero para evitar a los ladrones o para
evitar que algún desadaptado tenga la suficiente suerte como para cruzar
nuestra reja con una piedra a velocidad, y así despedazar nuestro cristal que
barato no ha costado.
O sea, cuando
las ventanas son muy grandes, en el Perú, hay que ponerle rejas. Los
arquitectos aman las ventanas muy grandes pero detestan visceralmente las
rejas, cuando estas lo único que han hecho ha sido evitar robos y agresiones.
Cuando
los arquitectos quieren poner ventanas muy grandes, las blindan, hacen estas más gruesas y
poderosas para que nadie se las traiga abajo. Sin embargo, esto implica un gasto
mucho, muchísimo mayor que solo puede costear gente igual de poderosa. La
arquitectura de las ventanas muy grandes no está hecha para gente no poderosa.
Cuando las ventanas son muy grandes son más bonitas, sobre todo hasta
una semana después de colocada, oleada y fotografiada. Luego de esta semana –cuando el arquitecto ya partió con su foto HD– la propia familia se encargará de las cortinas,
las rejas, las cintas de seguridad y toda esa carísima ceremonia de elementos
creados para el ser humano en su arduo afán por repeler al sol, la excesiva luz, el insoportable calor, las miradas, los ladrones y los paisajes urbanos. Todos estos
elementos, creados por el ser humano común y corriente en su difícil labor por desligarse del
exterior, en el que su principal adversario suele ser la arquitectura del
arquitecto, la que pregona exactamente todo lo contrario: la arquitectura de ventanas
muy grandes.
Arquitectura sin habitar. Arquitectura para la foto. Oficinas Zamora, España (Alberto Campo Baeza) Fuente: Plataforma Arquitectura |
4 comentarios:
Que articulo para mas incoherente, se evidencia q detras de esta revista no existen profesionales calificados con el suficiente criterio tecnologico en cuanto arquitectura... no conocen la infinidad de vidrios q existen en cuanto temas acusticos, solares, etc... porfavor, no sigan publicando cada tonteria q lo unico que hacen es mostrar su ignoracia como arquitectos, dejando asi una mala imagen de los buenos arquitectos en chimbote.
interesante, dar a las edificaciones lo que realmente necesita en luz y en ventilación en vez de seguir realizando diseños a ojos cerrados dejándonos guiar por patrones que imponen una moda pero al igual que la moda a no todos les acomoda; como una critica y auto critica podría manifestar que es por falta de criterio en el diseño.
Creo que lo incoherente fue tu comprensión lectora, a leer de nuevo! Saludos para la gente de La Chimenea, genial punto de vista.
Buen post. Es la moda finalmente, y olvidarse del acondicionamiento ambiental (¿qué es eso?) y tantas otras variables que antes importaban. Pero qué chu, es Lima y el Perú...
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