Una mirada por el país nos
ha llevado a toparnos con 16 egresados o alumnos de últimos ciclos de las
distintas escuelas y/o facultades de arquitectura cuyo número asciende a más de
medio ciento. Son 16 jóvenes futuros (o algunos ya) arquitectos caracterizados
por su labor activa dentro (o fuera) de sus facultades siempre teniendo en
cuenta algo más que ser simples espectadores del diseño y receptores de
lecciones de arquitectura. Costa, sierra y selva. Piura, Chiclayo, Trujillo,
Chimbote, Lima, Arequipa, Huancayo, Iquitos y Cusco son nuestra muestra para
saber qué piensan acerca de sus facultades, del país y del mundo. Aldo Facho y
José Beingolea analizan luego estas respuestas y nos dan una visión de la formación de la
arquitectura en el país.
Las preguntas fueron las
siguientes:
1.
¿Qué es lo más importante que has aprendido en tu Facultad?
2.
¿Cuál es tu opinión acerca de la arquitectura peruana contemporánea?
3.
¿Cuáles crees que deberían ser las principales características de un arquitecto
de este nuevo siglo?
Y estas fueron las
respuestas:
CARLOS MORALES (24)
1. La lección más importante
fue la de pensar y hacer en base a situaciones o problemas específicos y
reales, no inventar problemas con pretensiones que solo interesan a un
arquitecto, que es mucho de lo que se ve en distintas facultades y oficinas del
Perú y del mundo.
2. Considero que está limitada a dos o tres
tipologías donde generalmente trabajan los starchitects nacionales y “los que
quieren ser/parecer de la élite”. Se ven esfuerzos por ser más pragmáticos pero
aún hay mucho trecho por recorrer y muchos sectores sin atender.
3. Se me ocurren las siguientes, y creo que
aplican no solo al arquitecto: conciencia, consecuencia pragmatismo y prospectividad.
EDUARDO VIERA (24)
1. Pienso que el proyectar es algo integral a mi
vida que evoluciona acorde a las nuevas experiencias, desde la exploración en
la línea de talleres a la interacción físico-tangible que el edificio logra con
su medio. Lo más importante que he aprendido es buscar y lograr lo más posible esa interacción.
2. Me
siento crítico de la arquitectura que se rige por las modas, pienso que
la crisis estética y de uso, están muy arraigadas en las nuevas tendencias,
mientras esto se mantenga, en el Perú solo habrán edificios bonitos que algún
nadie usará y serán olvidados como fueron concebidos.
3. “Ser visionario", en
definitiva puede evitar futuras posturas y/o políticas insostenibles. La
arquitectura crea actitudes, tener postura de creativo, explorador y
multidisciplinario ayuda a comprender nuevos hábitos e ideales y crear
propuestas que contribuyan al desarrollo en el espacio-tiempo.
DANIELA CHANG (23)
1. La carrera de arquitectura es una de las
carreras más exigentes que uno puede estudiar. Auto-exigirme a siempre dar lo
mejor, probablemente sea una de las cualidades que uno aprende en una
facultad. Es a través de todos los obstáculos y desafíos que uno aprende esta
cualidad. Los desafíos son los que generan los cuestionamientos, y te hacen
mirar y buscar más allá.
No conformarte con lo que
existe y olvidarse
de los "no
se puede" o es
"imposible". El no rendirme para superar esas paredes fue lo más
importante que aprendí. Si bien la
universidad es donde
nace y se
fortalece el nuevo
conocimiento, muchas veces puede ser decepcionante ya que los conocimientos
en la facultad pueden ser muy reducidos o limitantes. Aunque suene paradójico,
en la facultad poco o casi nada se innova. Sin embargo, la universidad es una
gran experiencia y probablemente aprendí más de lo que no nos dijeron.
2. "El
arquitecto peruano es una especie en extinción". No existe una arquitectura contemporánea peruana. Somos un
país con tanta diversidad que me rehuso a la idea de que nuestra arquitectura
solo sean CASAS CUBO EN EL DESIERTO. La arquitectura de casas de playa, a las
cuales solo pueden acceder solo el 0.1% de la población del Perú no DEBE de ser
nuestra arquitectura contemporánea peruana. Hay que ir más allá y diseñar buena arquitectura para el
resto del Perú. Una arquitectura de
carácter público o una buena arquitectura social donde se promueva la calidad
de vida por encima de las normas y costos. Los arquitectos estamos en la
etiqueta de hacer cosas bonitas, sin uso, sin ninguna lógica y por lo general
diseños caros. Y sí tienen mucha razón, porque la "mejor
arquitectura" son casas de casi medio millón de dólares. Será el día en que las personas
puedan confiar en los arquitectos en vez de los ingenieros y maestros de obra
cuando habremos cambiado algo.
3. La más importante de donde se derivan las
demás "La innovación"... Como me
dijo mi profesor de tecnologías avanzadas: "Hay un tren en la
estación de la era tecnológica que ya salió de la estación, corre con todas tus fuerzas para alcanzarlo y subirte
en él". Los mismos sistemas constructivos,
los mismos materiales, las mismas formas por casi
un siglo. Necesitamos un cambio y
tenemos las mejores herramientas para hacerlo.
DANIEL GÁLVEZ (24)
1. He aprendido que el
arquitecto muchas veces tiene propuestas interesantes y muy valiosas; y habla
mucho siempre de "arquitectura y esas cosas", sin embargo, no es
consciente aún de que las propuestas que pueden generar un gran cambio desde el
aspecto urbanístico arquitectónico y social, trascienden el lápiz y el papel.
Criticamos muchas veces la forma de hacer las cosas de las personas en general,
pero sobre todo de nosotros mismos, los arquitectos, que más que ser críticos
somos criticones. Sobre todo y lo que considero más importante, es la
oportunidad y libertad que tenemos dentro de la Facultad de que la arquitectura
sea una experiencia en la vida diaria, dejando de lado las aulas, pues dentro o
fuera de ellas piensas en arquitectura en todo momento, desde que amanece hasta
que se acaba el día siempre estás pensando en la arquitectura o en algo muy
ligado a ella, relacionas a la arquitectura con todo lo que te rodea. Sin dejar
de lado, por supuesto, he aprendido un poco de lo que es responsabilidad
social. Al estudiar en una universidad estatal, me siento en el deber de
entregarme en algún momento al lugar donde me he estoy formando como
arquitecto, devolver lo que me ha podido brindar, pero sobretodo aportar algo a
ella.
2. La arquitectura peruana
me recuerda al fútbol peruano. Tendemos hablar de nuestras "viejas
glorias", lo cual no está mal, pero refleja la ausencia de nuevos aportes
y logros importantes para la arquitectura peruana. Muy de vez en cuando podemos
hablar de tal o cual proyecto, pero queda ahí. No trascendemos. No creo que
actualmente exista la "arquitectura peruana" como tal. Ergo, en su
defecto y desde mi punto de vista podrían ser las casitas de playa o los
departamentos a granel que se ajustan a la mayor ganancia por metro cuadrado.
Somos un país muy diverso, con muchas tendencias y muchas sangres; con una
geografía interesantemente accidentada que en el ejercicio proyectual es un
inventario abierto y un reto al mismo tiempo, lo cual también, muchos no lo
aprecian como una oportunidad.
3. Debemos mirar a nuestro
alrededor y ver cómo es este nuevo siglo. Tal cual como cuando vamos a
proyectar en algún lugar del planeta, primero hay que reconocerlo y luego
sabremos qué debemos hacer, cómo lo haremos y qué necesitamos para ello. Una
vez entendido el entorno y el contexto, podemos saber qué es lo que se requiere
para ser un arquitecto del siglo XXI. El arquitecto del nuevo siglo deberá no
solo ser arquitecto, debe ser multifacético. Debe ser un arquitecto completo,
no me refiero a que debe saber el detalle de cómo hacer todas las cosas, sino a
que debe saber lo que se tiene que hacer, puesto que hoy en día contamos con
muchos profesionales que complementan la labor del arquitecto y muchas veces
facilitan nuestro trabajo. Pero sobre todo con capacidad para adaptarse a los
cambios y a su vez poder generarlos, reforzando el carácter social y su
preocupación por lo que sucede a su alrededor, pues no podemos pretender ser
arquitectos del nuevo siglo, sin pensar en lo que está pasando en el nuevo
siglo.
POOL PORTA (25)
1. Considero que todo lo
aprendido es importante y fundamental para mi desarrollo como profesional,
desde la formación académica hasta la formación personal. Dentro de mi Facultad he cultivado muchas cosas,
desde trabajar en
equipo, apoyar a mis compañeros y defender mi propuesta.
Aprendí que leer me hace una persona culta y sobre todo me mantiene al tanto de
la realidad de la sociedad y me
compromete con ella para tomar
decisiones acertadas. Que la arquitectura es básicamente el espacio, las
personas viven y habitan ese espacio, por lo tanto poco importa la fachada si
no se resuelve bien el espacio.
2. En su gran
"mayoría" la arquitectura peruana contemporánea de hoy no es para la
gente, tiene otros objetivos y se ha despreocupado por el
ciudadano porque ya no
hacen ciudad, ahora las personas
son simples peatones, ya no hay ciudadanos, ya no se dialoga con los vecinos, no
hay esa interacción que hubo, la arquitectura se ha convertido
en un arte visual, y
lo que busca es la satisfacción individualista.
3. Dedicación, buena
voluntad y honradez. Disfrutar lo que hacen. Compromiso con la Sociedad. Observadores de la realidad. Ser como aquel que se levanta y
quiere mejorar el mundo. Capacidad para aprender de los demás. Gusto por la
experimentación e investigación. Expresar con sutileza sus ideas. Hábito para
la lectura.
NICOLÁS COUTO (27)
1. Conceptos de arquitectura
muy claros. Tener mucho rigor en la
elaboración de los proyectos académicos, mucha lectura
previa citando a los grandes maestros para estudiar sus obras. Son puntos muy
claros para tener en cuenta no solo ahora, sino en todo nuestro camino
profesional.
2. Las
costumbres y tradiciones
peruanas en todo
momento se verán
reflejadas en la proyección de edificaciones modernas. Costumbres que
muestran una realidad nacional, una manera de vivir particular y
distinta a los lugares donde se gestó esta arquitectura, lo que permitirá
dotar, a los proyectos modernos desarrollados en el Perú, de una identidad
local inminente.
3. Estar a la vanguardia de
la tecnología, claro está, sin olvidar
lo increíble de coger un lápiz y un papel y plasmar tus ideas. Tener muy en
claro las realidades sociales de diferentes lugares donde se proyectará.
Trabajar e ir de la mano pensando y favoreciendo al medio ambiente, que es como
se debe trabajar la arquitectura, haciendo parte de nuestro proyecto a la
naturaleza.
ARTURO LORO (24)
1. A alejarme de las modas y
de estudiar la arquitectura desde sus partes, a tener respeto por los
arquitectos que hacen buena arquitectura, explorar, dibujar, conocer la arquitectura antes de mí y no dedicarle
tiempo a “inventar” algo que serviría para nada.
2. Como me inculcaban mis
profesores: el muro es muro, la columna es columna, la viga es viga, con eso se trabaja ahora y
la arquitectura peruana tiene de esas herramientas para vivir, toda
arquitectura tiene su lugar, no puedo ver un cubo y aburrirme, eso sería como
negar que hay gente humilde haciendo cubos con palos y
esteras sobre el desierto buscando su estabilidad.
3. La cultura para no
creerse genios y el trabajo para explorar la arquitectura, para armarla,
desarmarla y armarla de otra manera. Un arquitecto debe afrontar las cosas necesarias, perdemos el tiempo conceptualizando
cualquier cosa, sin saber que las necesidades para esas arquitecturas están en
primer orden, creo que el arquitecto debe ser sincero en su discurso, racional
y elemental.
1. Creo
que a tener
un SISTEMA, se aprende muy poco en realidad, la universidad transcurre muy rápido, los
proyectos son cada vez más grandes y el tiempo es cada vez más corto, por lo
que es imposible detenerse a pensar en Arquitectura, la preocupación es
terminar, y en ese aspecto la
universidad te enseña o te presiona a crearte un sistema de trabajo para cumplir con las entregas, lo que
obviamente está mal.
2. Está mal orientada. Vivimos mirando la producción de 4 ó 5 arquitectos de casas
de playa que se han convertido en los referentes “contemporáneos” (Modernos
tardíos) en lugar de voltear la mirada a las lógicas y las formas del
habitar de la arquitectura vernácula y popular que representan el 70% de la
arquitectura en Lima y posiblemente el 80 ó 90% en el resto del Perú.
3. Poner
todo su empeño en mejorar la calidad de vida de la población, hacer
vivienda colectiva, pero no los multifamiliares a los que estamos acostumbrados
donde la gente vive y muere sin que tengan un rayo de luz natural, sino
vivienda digna, de calidad, espaciosa, amable, abierta, PERUANA.
JOSUÉ SEDANO (24)
1. La escuela me enseñó a no creer en las
respuestas, me enseñó a dibujar sin lápiz, a escuchar el silencio de las construcciones, a ver sin ver, pero siento
que no me enseñó arquitectura. Percibí a la arquitectura más que a una
profesión, difícil de comprender, aprender y enseñar. Llegué a la conclusión de
que la escuela no es el lugar ideal para aprender arquitectura. Desde entonces
ando buscando entender lo incomprensible, lo
increíble, lo inexistente, ando
buscando a dios, ando buscando a la arquitectura, porque en la universidad
descubrí que la arquitectura no existe.
2. La arquitectura peruana
contemporánea se está olvidando de la arquitectura, la arquitectura ya no
cree en los
arquitectos, porque han
dejado de hacer
y creer en
arquitectura. La inmobiliaria,
las máquinas, la tecnología, la globalización, están destruyendo a la
arquitectura, el construir ha perdido significado, en la historia de la
arquitectura peruana construir siempre representó ser una fiesta, una emoción.
En el Perú de hoy se construyen edificios pero no se construye arquitectura. A
mi juicio la arquitectura peruana no necesita de arquitectos.
3. El arquitecto debe ser
alguien que cree poder serlo, alguien que piense, el arquitecto debe ser el
líder de la
sociedad, sobre todo alguien que
entienda a la
arquitectura porque su rol
principal es la de
defender a la
disciplina, por lo
tanto es un
hombre de valores
porque el arquitecto tiene una gran responsabilidad, es alguien que
decide el futuro del mundo.
ALEJANDRA JORDÁN (24)
1. A entender la
Arquitectura como parte de nuestra vida, a observar y analizar cada situación diaria para poder
proyectar y dar mejores condiciones y calidad de vida a través de las ideas de
orden, de secuencia, de sorpresa, de calidez, de unión, de respeto, de
libertad, ideas que pueden ser materializadas
en una infraestructura.
2. La Arquitectura
contemporánea y su desarrollo a nivel nacional es muy diverso, donde la
arquitectura habitacional es básicamente mercantil. En cuanto a la arquitectura
de uso público, esta explora la tecnología en cuanto a materiales y la aplica
de manera satisfactoria pero es muy escaso ver soluciones que respeten
parámetros de sostenibilidad que nos inviten a cuidar nuestro medio ambiente y
es este un problema latente que muchos prefieren no ver y no escuchar.
3. El arquitecto de este
nuevo siglo debe muy sensible a los cambios que se vienen dando en cuanto a las
telecomunicaciones porque la realidad está siendo distorsionada, debe ser muy
creativo para poder aportar soluciones a los nuevos problemas y líder para
poder gestionarlos.
1. Aprendí que si realmente
quieres ser alguien en esta vida, depende de uno mismo. En nuestro caso si
quieres ser ARQUITECTO dependerá de ti y de nadie más. Aprendí a trabajar en
grupo, saber lo que realmente es apoyar a
tus compañeros y viceversa (entregas de taller, trabajos, etc.). Y bueno
que realmente uno nunca deja de aprender, si no lo aprendiste en la universidad
lo harás aprendiendo de algún amigo, en el trabajo o la vida misma se ocupará.
2. ¿Realmente existe
arquitectura Peruana contemporánea? Creo que lo que hay en el Perú es
arquitectura ecléctica, una combinación de diferentes corrientes o estilos arquitectónicos al gusto y criterio del "ARQUITECTO", una que otra arquitectura de carácter nacional en un intento de búsqueda de una identidad. Sea
tanto para una
entidad privada como
para una pública, dejando de lado
si es o no buena arquitectura.
3. En primer lugar saber qué
es ser un arquitecto y serlo. No olvidar cuál es la esencia de la arquitectura,
concebida para dar confort y satisfacer las necesidades del ser humano. No
diseñar olvidándonos de
que el "USUARIO" es
un ser un
humano y no
simplemente una premisa más de
diseño, respetando su entorno y no crear arquitectura para alimentar el ego del
"ARQUITECTO". Ser consciente
y prudente al
momento de diseñar
utilizando de buena manera y sentido común las herramientas
que la tecnología nos ofrece sea al momento del diseño o en la realización de
proyecto arquitectónico.
GABRIELA PEÑAFIEL (23)
1. A entender que las obras
arquitectónicas deben estar siempre al servicio de la sociedad. En la Facultad
nos enseñan que la arquitectura es parte del todo y no es el "todo",
es el medio para llegar a un fin.
2. Estamos en un período de
búsqueda, me alegra saber que muchos arquitectos peruanos reconocidos están
buscando la identidad de su arquitectura en la identidad peruana. Sin embargo
hay una fuerte corriente consumista que debemos combatir, debido al boom de la
construcción hay muchos arquitectos que se dejan llevar por la corriente
inmobiliaria y se olvidan que están haciendo arquitectura.
3. Debe ser auténtico y
humilde.
MARTÍN MONTAÑEZ (26)
1. Saber tomar decisiones, y
aún sigo aprendiendo, eso nunca se deja de aprender. Llevar 10 talleres de
diseño casi de manera repetitiva deja grandes enseñanzas ya que permite a uno
mismo re-diseñarse hasta encontrar un equilibrio y la mejor manera de poder
llevar a cabo el proceso de diseño de un proyecto. Para ello las conversaciones
y el feedback con profesores y compañeros durante ese tiempo es lo más
importante que mi facultad me ha podido dar, pues a partir de ello se generan
inquietudes personales que son las que permiten en su búsqueda encontrar
alternativas que conlleven a soluciones.
2. Es difícil dar una
opinión global de la arquitectura peruana contemporánea. Por una parte el
crecimiento económico facilita que ciertos arquitectos puedan plasmar sus
inquietudes proyectuales en una serie de edificaciones selectas que brindan
grandes aportes a la arquitectura en el medio, pero no terminan de salir de su
burbuja aislada, por lo que no aportan nada a la sociedad. Por otro lado, la
gran mayoría de arquitectos cede ante la presión inmobiliaria en la cual lo
importante es vender y generar la mayor ganancia a los promotores, esto se
refleja en la gran masa de edificios mediocres que se construyen en casi todas
partes y que terminan por prevalecer generando la imagen de ciudad que tenemos.
3. Ser sensible al entorno
que lo rodea y tomar decisiones coherentes ante las problemáticas que encuentre
en el proceso de diseño. El éxito en el diseño de un proyecto está en saber
tomar decisiones, en suprimir una serie de alternativas y optar por una para
luego encontrar otra serie de alternativas y hacer lo mismo, este ejercicio de
edición es la herramienta más poderosa que un arquitecto puede tener.
MARIANGELA ERÁUSQUIN (21)
1. Además de diversos
conocimientos académicos, he aprendido que
la arquitectura es más que diseñar y construir, es más que conocer y
entender las necesidades de una sociedad para satisfacerla. Es materializar
ideas y hacer que estas puedan transformar espacios, generarles un lenguaje
nuevo, lograr que funcionen y hacerlos únicos.
2. Me parece que se está
buscando revalorizar los espacios arquitectónicos innovando con
la forma y el lenguaje de las obras, sin embargo, aún falta definir una identidad que la diferencie del resto de la arquitectura latinoamericana. Creo que cuando esto se logre, la arquitectura contemporánea peruana habrá
llegado a su momento cúspide.
3. Un arquitecto de este
nuevo siglo debe tener una visión realista e
inclusiva de la sociedad, debe estar abierto al uso de nuevas tecnologías
que le permitan generar nuevas formas o tipo de
arquitecturas, pero sobre todo
debe poder transformar un espacio enriqueciéndose del entorno, sin dañarlo y generando un
impacto positivo en él.
ROSSANA ALARCÓN (23)
1. Vivir la arquitectura,
comer arquitectura, caminar con la arquitectura, dormir arquitectura, soñar
arquitectura. Que no sólo es una carrera más, sino un estilo de vida, que todo
lo que respiremos y emanemos del cuerpo sea arquitectura.
2. Creo que va en ascenso,
hay una nueva generación de arquitectos que se levanta y está tratando de hacer
las cosas bien, con grandes y nuevas ideas en arquitectura y planeamiento de
las ciudades. Por esto creo que debería estar mucho más enfocada en el deseo
por el progreso de nuestro país y el desarrollo de nuestras ciudades.
3. Originalidad, seguridad
de sus ideas, convicción total en lo que se cree y pasión por lo que hacemos.
Creatividad e imaginación, etc. A estas alturas creo que todo ser humano tiene
esas capacidades (medias o bien desarrolladas) la cuestión está en defender
esas ideas, nuestras creencias, no dejarnos llevar por el sistema que nos rodea
y sobre todo siempre ser auténticos, no copiar, ya que esa es la característica
de muchos arquitectos de este siglo.
RICHARD ASTO (24)
1. Creo que a valorar más el que
abriera las puertas a mi libre investigación y experimentación, entiendo que
por ser una Universidad joven existen
muchas cosas aún que se tiene que mejorar, pero me dejó el promover en un
alumno ese interés por la superación personal.
2
Bueno, mientras no haya democracia para que la arquitectura ocupe todos los ámbitos sociales, económicos, políticos y culturales del País,
siempre veremos resultados a pequeña escala, pero valoro el que existan
esfuerzos para cambiar esta realidad, sin embargo, hay aún mucho por hacer.
3. Ser más humano, menos
egoísta y pensar en la sociedad que tiene menos posibilidades de acceder a las
oportunidades, generar más colectivos y ocupar roles importantes y es que los
arquitectos de ahora debemos volver a hacernos necesarios para la sociedad.
Pretender
analizar la mirada sobre la arquitectura de dieciséis egresados jóvenes de
diversas escuelas del país es una labor de suma complejidad en cuanto estamos
pretendiendo representar con esa selección el pensamiento de sus
contemporáneos. Sería irresponsable juzgar
sus escuelas o contextos a partir de sus respuestas, con esta salvedad
reflexionaré en el presente texto sobre las respuestas a tres preguntas que
fueron elaboradas por La Chimenea.
El
primer reto fue sistematizarlas para poderlas analizar como conjunto, para ello
elaboré un cuadro en el que busqué sintetizar las ideas e identificar las
coincidencias. El resultado fue
sumamente interesante pues pude visualizar a los encuestados como conjunto, y
ver como aún en lugares distantes existen similitud de inquietudes y
preocupaciones. Aunque dieciséis parezca
mucho, no llega a ser un tercio de las facultades y escuelas de arquitectura que
hay en el Perú, situación preocupante si nos comparamos con países de mayor
población y en los que la arquitectura tiene un rol mucho más activo en la
sociedad. Por ejemplo, España que tiene
32 facultades para casi 48 millones de habitantes, y Argentina con alrededor de
32 para 41 millones, versus nuestro país con más de 50 escuelas para 29
millones. Todos sabemos las diferencias
en cuanto a la democratización de la educación y la cultura con esos países, lo
cual hace más crítica la comparación.
Esto
se agudiza al ser conscientes que no existe el volumen de docentes capacitados
para tal número de escuelas, aunque la mayoría enseñe en más de una. ¿Cómo estamos formando a los jóvenes que
pretenden ser arquitectos? Enseñar
arquitectura evidentemente es un negocio, lo que no está claro en nuestro país
es que antes que un “negocio” la educación es un servicio, y quien la ejerce
tiene la gran responsabilidad de formar ciudadanos y proveerles herramientas
intelectuales y laborales para la construcción de su futuro. El que asume el reto de enseñar está
asumiendo el reto de aportar a la construcción de nuestra sociedad, y en el
caso específico de la arquitectura, de nuestras ciudades. Me interesaría saber cuántos “empresarios de
la educación” son conscientes de esto.
Pero
la gran crítica, o en todo caso la gran responsabilidad recae en los organismos
públicos que habilitan para la enseñanza de arquitectura a instituciones que no
cuentan con las condiciones académicas mínimas.
Universidad viene de “universal”, que entre otras acepciones significa “Perteneciente o relativo al universo. Que por su naturaleza es apto para ser
predicado de muchos”[1] Interpreto este
significado como que el conocimiento que se imparte y genera en la universidad
nos debe vincular al saber universal, enriquecido por el contexto local. Entonces,
¿Puede existir una “universidad” que no genere conocimiento, que no investigue,
que no publique? A partir de lo expuesto, la respuesta sería negativa, pero en nuestro
contexto eso no está claro, al menos no hay evidencia que preocupe a quienes
las dirige o las fiscalizan. Esto se
trasluce en la respuesta con mayor coincidencia a la primera pregunta de La
Chimenea: ¿Qué es lo más importante que has aprendido en tu facultad? El 40% de los encuestados reclaman una
formación limitada, con fuertes carencias, y algunos muestran confusión al
referirse al campo de trabajo de la profesión.
Lo que destaco de la mayor parte de este grupo es la visión crítica
sobre su formación y la conciencia que deberán suplementarla en la vida
profesional, esto es importante dado que al ser conscientes del problema asumen
el reto de resolverlo. Me preocupa más
cuando la respuesta es poco clara pretendiendo ser erudita, evidenciando una
importante confusión entre lo que hace al oficio del arquitecto y otro tipo de
especulaciones pseudo-filosóficas.
En
segundo lugar hay dos grupos de respuestas que se refieren a proyectar desde el
contexto y al compromiso con la profesión.
Ambos reflejan seriedad, planteando responsabilidad para con el entorno
social y físico. También hay una fuerte
conciencia en lo grupal, en la sinergia que se genera pensando y trabajando en
equipo. Esto es sumamente importante
pues revela un reconocimiento al valor del intercambio de ideas,
complementariedad de conocimientos y destrezas, y reconocimiento del valor
estratégico de multiplicar los saberes individuales minimizando las
debilidades.
Ya
dentro de las respuestas aisladas hay dos que deseo destacar, la primera es una
en la cual se es enfático en el plantear que la arquitectura debe estar al
servicio de la sociedad. Este concepto,
desde mi parecer, debería haber tenido el mayor número de coincidencias. No reconocernos como profesionales al
servicio de nuestros pares, nos encasilla en una carrera de egos y acota
significativamente nuestra capacidad de intervenir en diversos espacios
laborales. El sentido de “universalidad”
tiene que ver directamente con el servicio al conjunto de hombres, desde el
aporte a la construcción del conocimiento que nos permitirá vivir mejor. La segunda sin ser expresamente opuesta,
evidencia una formación desde lo individual, que sitúa la materialización de
una idea para la generación de espacios como el objetivo principal del oficio. Me parece interesante cerrar la reflexión a
esta primera pregunta con esta respuesta pues tiene mucho que ver con la
preocupación de un número significativo de los encuestados cuando responden la
segunda pregunta: ¿Cuál es tu opinión sobre la arquitectura peruana contemporánea?
El 50%
de los consultados coincide en que la arquitectura contemporánea peruana identificada
como referente no refleja a la sociedad, que está dirigida a un sector reducido
y elitista dado su alto costo. Les sigue
el 40% en que reclama la ausencia de calidad en los proyectos inmobiliarios, y
que la arquitectura destacada no está pensada para las personas, que no
construye ciudad. Existe a su vez un
reclamo de mayor conciencia contextual y ambiental, y por esa senda proponen la
búsqueda de identidad. Podemos afirmar
que entre los encuestados hay casi consenso en la crisis de calidad y estrechez
del mercado en el que se puede proponer arquitectura, poniendo en evidencia un
problema más profundo que no deja de estar ligado con la primera pregunta: ¿se
están formando arquitectos para nuestro contexto? e íntimamente relacionado, ¿quiénes
son los responsables de regular el uso del suelo y la normativa en base a la
cual se construye en la ciudad? En un
contexto comercial lícito, un inversor inmobiliario negocia un terreno en un
valor calculado a partir de la ubicación y potencial constructivo. A partir de esto, le exigirá al profesional
que contrate maximizar el rendimiento del mismo, buscando mejorar su utilidad. ¿Puede un arquitecto justificar la pérdida de
rentabilidad con aportes de calidad al espacio público?, hasta donde yo conozco
no. Sí puede justificar construir menos
metros cuadrados para mejorar la rentabilidad en base a un incremento de la calidad,
pero ese es otro asunto. El inversor va
a exigir el rendimiento que la municipalidad le otorgó, y en la mayoría de los
casos se va a manejar en los límites de la normativa. Entonces, si queremos mejorar nuestra ciudad
y la calidad de la arquitectura, ¿no deberíamos empezar por re-diseñar los
parámetros que regulan el uso del suelo y las exigencias proyectuales?, pero
para ello, necesitamos primero tener en claro que ciudad queremos construir, y
discutir ese modelo de ciudad en estrecha colaboración entre las universidades y
los colegios profesionales con la administración municipal. Entonces, no solo carguemos contra el
profesional que firma, sino, y sobre todo, contra quienes deberían evitar que
ese tipo de arquitecturas se puedan generar y firmar.
Ahora,
retomando la primera interrogante de esta serie, ¿para qué contextos se están
formando arquitectos? Si la fuerte crítica es a que solo atenemos a un bajísimo
porcentaje de la demanda, y que en más del 80% de la construcción de viviendas
no tenemos injerencia, ¿no será que debemos re-orientar la formación profesional,
que debemos abrirnos mercado en esa gran masa poblacional? Entre los colegas criticamos reiteradamente
la falta de concursos públicos de proyectos y despotricamos contra la ley de
contrataciones del estado que es la única forma de acceder a la obra
pública. ¿En alguna escuela se enseña
cómo manejarse dentro de esta ley? Claro, es más “comercial” vender el modelo del arquitecto genio, ese “artista
del espacio” incomprendido, que debe materializar sus obras a pesar de sus
clientes… enseñar “esa” arquitectura está de moda, pero la “moda” se queda en
las aulas y es incapaz de resolver el mundo real.
Así
llegamos a la tercera pregunta, ¿cuáles creen que deberían ser las principales
características de un arquitecto de este nuevo siglo? Más del 50% de los
encuestados coincide en que deben ser la capacidad de innovación, desarrollo y
uso de tecnología, experimentación, creatividad y originalidad. Todos estas cualidades están relacionadas a
la generación de objetos arquitectónicos, de creaciones individuales, ¿dónde
quedaron las preocupaciones de índole social, urbano y ambiental? Un segundo grupo postula una arquitectura más
“humana”, más “social”, un tercero habla de sustentabilidad y sensibilidad con
el entorno, y un cuarto reclama ser líderes del cambio y del desarrollo. Quizás si cruzamos todos los grupos
tendríamos una respuesta más acorde a los anteriores postulados, “arquitectos
con una fuerte conciencia social, urbana y ambiental, que planteen la solución
a los retos proyectuales desde la creatividad, experimentación y desarrollo de
tecnología, y que asuman el compromiso de sumar al desarrollo de su
entorno”. Ese sería un buen final, pero hubo
una última respuesta que me dejó pensando y que considero que contienen en sus
dos palabras todos estos conceptos: “auténticos y humildes”, ¿será que bastan
esas dos virtudes para construir la sociedad del siglo XXI?
Las
respuestas a las tres preguntas planteadas por La Chimenea revelan las
distintas polaridades que se presentan en el variopinto escenario académico
peruano, pero dejan ver mucho más que eso.
PRIMERA
Sobre lo que recibieron en
su formación, distinguimos primeramente la respuesta mayoritaria de quienes
asumen como positivo el paso por la universidad mientras en minoría se sitúa la
que considera que aprendió más “de lo
que no nos dijeron”. A esta posición hay que sumar la de aquellos que
consideran que en materia de aprendizaje, pesa más la opción y decisión
personal que el influjo institucional y también aquella otra paradójica y
nihilista que concluye que “la escuela no es el lugar ideal para aprender
arquitectura” y en el extremo de este razonamiento que “la arquitectura peruana
no necesita de arquitectos”.
Pero
subrayo, la mayoría de los entrevistados tiene una visión positiva del paso por
las aulas y talleres universitarios. Lo que no sorprende es lo variado de las
respuestas que dan origen a esa percepción y que expresa distintas polaridades:
realismo-idealismo, individual-grupal,
pensar-hacer, efímero-permanente, que surgen en una de las más ricas
experiencias que la sicopedagogía universitaria ve cada día con mayor interés.
Pero no nos sorprende sólo por eso sino también porque traduce la
heterogeneidad de nuestros espacios académicos arquitectónicos: desde los
regionales a los centrales, desde los públicos a los privados, desde los
religiosos a los más seculares, incluso los de género.
SEGUNDA
Hay
unanimidad en la visión defectiva de la arquitectura peruana, aunque esa
percepción sea esencialmente intuitiva y elementalmente sostenida, la
conclusión es categórica en el sentido indicado.
El imperio de la moda, de las poses, del elitismo, del formalismo, del mimetismo, del autismo, del eclecticismo ingenuo y del conformismo, son algunos de los adjetivos implícita o explícitamente mencionados en la segunda respuesta.
El soporte ideológico de este juicio traduce una convicción progresista radicada en el ideal moderno de la arquitectura como modeladora de la realidad y como disciplina con una cierta misión social. Llama poderosamente la atención que las respuestas no hagan eco del discurso neoliberal (del resto, nada ajeno en las aulas), que privilegia la difundida visión de la ciudad y de la arquitectura que supedita la calidad a la productividad del capital. Eso ocurre acaso por el hecho que los entrevistados son de alguna manera la élite de los centros académicos en los que se forman. Por eso es probable que la suya, no sea una posición militante de la visión oficial, promovida y aceptada a todo nivel. No creemos, sin embargo, que esa sea la postura efectiva con la que se forman los arquitectos de hoy. Las instituciones académicas, con evidentes matices y con mayor o menor grado de conciencia, forman a los nuevos profesionales, para “insertarse (pasivamente) en el mercado laboral”.
Sin
embargo, ateniéndonos objetivamente a las respuestas, hay que señalar que una
dosis de sentido crítico y de inconformidad existe en los jóvenes respecto a la
arquitectura contemporánea peruana. Es que las manifestaciones y realizaciones
tangibles del “boom inmobiliario” son esencialmente sólo estadística,
optimistas cifras que no pueden de
manera alguna maquillar la patética realidad (defectivamente) transformada, y exhiben
muy poco de calidad y de positivo contenido, mientras las pocas que existen,
constituyen la excepción que confirma la regla y a menudo se desarrollan en
espacios aislados físicamente, marginales al espacio y la vida cotidiana de las
mayorías.
Una desazón social fluye por eso de las respuestas que, al tratar de encontrar respuesta en el campo disciplinar, llaman la atención sobre la necesidad de reubicar la praxis del diseño en el centro de gravedad de los problemas y conflictos. Algo que evidentemente no ocurre en nuestra arquitectura, y que por último, no depende exclusivamente de los arquitectos.
TERCERA
Sobre
las características del arquitecto del nuevo siglo, las respuestas privilegian
en primer lugar lo social y casi al mismo nivel, el énfasis en la tecnología
(fundamentalmente constructiva), el respeto al contexto y al ambiente.
Una
que otra es más explícita y habla de un arquitecto “que decide el futuro del
mundo”. Esta visión, muy cara al concepto de vanguardia que permeó el discurso
y la ilusoria praxis del Movimiento moderno fue desbaratada por la propia
realidad y la dinámica que generó. Ya la crítica radical del movimiento moderno
se encargó de desenmascarar la realidad y a situar la arquitectura en el lugar
y la instancia de afirmación del sistema del cual depende, se nutre y al cual
sirve.
La
relación que existe en las respuestas a la segunda y tercera preguntas, resulta
orgánica y revela un grado de articulación y conciencia de lo que se está
diciendo, sin embargo, la ausencia de referencia a las determinaciones que
desde el ámbito, económico, político y social, imponen a la arquitectura,
indica un alto grado de desarticulación y evidente vulnerabilidad frente a la
dinámica de la realidad que los hará fácil presa de sus imposiciones al momento
de enfrentarse a la cotidianeidad del ejercicio profesional con sus frías y
drásticas lógicas.
EPÍLOGO
A
manera de conclusión me queda clara la heterogeneidad y excentricidad o
dispersión de la formación profesional en nuestro país. No obstante ello, fluye
en la joven conciencia de los arquitectos en ciernes, una actitud de
incomodidad y de desazón frente a la situación actual de nuestra arquitectura. Pero
de otra parte, el excesivo y desarmado idealismo con que se pretende enfrentar
esta situación en el presente y futuro inmediato no augura la posibilidad de
operar los urgentes cambios que la teoría y la praxis de la arquitectura
demandan en nuestro país.
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