Portada del Album Animals de Pink Floyd |
Corría diciembre de 1976. La
abandonada Estación Eléctrica de Battersea en Londres es asaltada por un
curioso grupo formado por fotógrafos, ejecutivos discográficos y hasta un
francotirador. Hinchan un enorme globo en forma de cerdo, bautizado como “Algie”
y lo dejan volar entre las enormes chimeneas de la fábrica. Se recrea una
metáfora de la realidad social: desde las alturas, el cerdo, saciado, contempla
la suciedad y decadencia de la sociedad de la que se alimenta. Las cámaras
disparan sin cesar. Parte de aquellas fotografías adornarían la portada del
próximo álbum de Pink Floyd, el grandioso “Animals”.
El décimo disco de estudio
de la banda constituyó una obra de arte en todo su esplendor y complejidad.
Este fue el último disco tocado y producido íntegramente por los cuatro
miembros de la banda, que pese a empezar a mostrar perdida de placer de trabajar
juntos, se involucraron de lleno en este trabajo, aunque casi todo el concepto
y la composición quedó en manos de Waters.
"Animals" no
es un disco bonito ni amable, por el contrario hace referencia a los peores
vicios de la sociedad. Para la concepción de este álbum, Roger Waters volvió a
sacar a flote sus inquietudes políticas y sociales enmarcadas en una época de
fuerte crisis para Inglaterra, con un gran desempleo, numerosas huelgas y
tensiones raciales. Waters apuntó directamente hacia el centro del alma
humana, hacia las obsesiones y
características de las personas, analizando a los miembros de la sociedad toda,
su orden y su funcionamiento. Además Animals hace un claro guiño al libro de
George Orwell, “Animal Farm”, aunque enfocándose mayormente a la crítica del
sistema capitalista.
Básicamente el disco divide
a la raza humana en tres clases de animales: Los cerdos son moralistas,
hipócritas, déspotas y patéticos (la clase política dirigente, la alta sociedad
y los militares), los perros son el sector financiero y empresarial que lo
único que les interesa es el lucro sin importar el costo humano, y finalmente
las ovejas son el gran rebaño, sumisas, masificadas, cuya única función es ser
usadas y abusadas por perros y cerdos.
Musicalmente el tono general
del álbum es muy oscuro y un tanto deprimente. Las canciones, salpicadas muy de
vez en cuando con efectos sonoros que nos recuerdan a los animales
protagonistas, se adentran en progresiones intrincadas, solos algo
perturbadores y efectos opresivos. Con intención de no hacerlo todo tan
terrible, se crean puentes musicales al inicio y al final de álbum, cantando de
forma casi ingenua al amor, generando así un contraste que resulta bastante
estremecedor.
Hoy, 36 años después de que
Algie alzara vuelo, podemos decir que "Animals"
es un disco que envejeció bastante bien, cuyas letras siguen vigentes y cuyo
sonido nos recuerda que Pink Floyd podía ser una banda muy poderosa si las
circunstancias y el contexto lo exigían. “Animals"
es un disco grande por sí solo, pero también parte de algo mayor, la era dorada
en la que Floyd era la banda más importante del mundo, un momento irrepetible
en la historia de la música. Nunca el éxito comercial y la calidad artística
volverían a estar tan de la mano, y cuya clave era el correcto funcionamiento y
la plena colaboración de sus cuatro integrantes originales. No hace falta
decir más, simplemente recomendar que disfruten de esta joya musical.
“Somos ovejas arreadas
por perros para alimentar
a los cerdos”
Por Alex Mori Vera
Artículo publicado en La Chimenea 7
Artículo publicado en La Chimenea 7
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