Publicado en La Chimenea N° 08
¿Cuál
es el reto y la finalidad de una revista de arquitectura, en estos tiempos, en
un país como el nuestro? ¿Existirá acaso un objetivo específico?
Las
revistas han sido y son una de las plataformas más fuertes de difusión de pensamiento
que, en nuestra actual sociedad neoliberal, muchas veces se escudan en fines
institucionales o puramente empresariales usando de pretexto, en este caso, la
arquitectura. Elio Martuccelli, Alfredo Queirolo y Luis Rodríguez
Rivero, arquitectos activos en el tema, nos dan su punto de vista acerca
del papel de las revistas de arquitectura en el Perú.
ELIO MARTUCCELLI 1
Las revistas de arquitectura pueden
tener características diversas. En algunas se analizan proyectos y
edificios, en una labor de crítica arquitectónica, señalando virtudes y
defectos. Otras se dedican a mostrar el trabajo de ciertas oficinas, apuntando
llegar a nuevos clientes. Otras sirven de órgano de expresión a un grupo, que
manifiesta determinada línea de pensamiento o tendencia arquitectónica.
Unas apuestan por notas de actualidad,
para eso se promocionan eventos, exposiciones, actividades sociales y
culturales. Hay revistas de arquitectura que se relacionan más al diseño
interior y la decoración, con énfasis en los acabados. Otras se dirigen a
brindar datos referidos al sector de la construcción, con información técnica y
económica en cuanto a materiales y mano de obra. También pueden publicar
investigaciones, con todo el rigor y el protocolo de una revista científica. En
esos casos los temas están más ligados a la teoría y la historia de la
arquitectura.
“…El panorama es amplio. En nuestro medio, en el que había pocas
revistas de arquitectura unos años atrás, estas han comenzado a aparecer en
mayor cantidad y variedad. En esa diversidad de opciones, no me atrevería a
decir qué es lo que una revista de arquitectura debería divulgar: cada una
apunta a un lector particular”.
Si hablamos de su difusión algunas
logran tener circulación masiva, con buena distribución, cumpliendo fines comerciales, ya sea por la publicidad en
sus páginas o por la venta de sus ejemplares. Otras son especializadas, de
divulgación restringida, financiadas por alguna institución. Si hablamos de su presentación,
algunas han adoptado un diseño gráfico rebuscado e impactante y otras son más sobrias
en su diagramación.
Todo eso incide también en el estilo
de escritura. La redacción, las palabras que uno emplea, están en directa
relación al medio que utilizamos para comunicarnos. En ese sentido, el tono de
una revista puede ser provocador o mesurado.
Como se puede observar, el panorama es
amplio. En nuestro medio, en el que había pocas revistas de arquitectura unos
años atrás, estas han comenzado a aparecer en mayor cantidad y variedad. En esa
diversidad de opciones, no me atrevería a decir qué es lo que una revista de
arquitectura debería divulgar: cada una apunta a un lector particular. Puedo hablar de mi trabajo como editor
de ARQUITEXTOS desde 1999.
ARQUITEXTOS
es una revista académica de arquitectura y urbanismo, editada en Lima, la más
antigua de su género en el Perú. Está en circulación desde 1993, con 27 números
publicados. Es una revista institucional, porque se realiza con el auspicio y
el respaldo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad
Ricardo Palma, pero no sirve de órgano oficial ni para la divulgación de
mensajes o eventos organizados por la institución.
Nació,
lo dice su nombre, para publicar textos de arquitectura. Desde el cuarto número
es una revista monográfica que plantea desarrollar ciertos temas. Se abordan
asuntos de arquitectura, pero también de ciudad y territorio, constituyendo un
espacio de reflexión y análisis, ligado a la teoría, la historia y la crítica. Algunos
artículos son de opinión y valen como comentarios personales, otros son avances
de investigación que bien podrían servir como material de consulta en el futuro.
No cumple con los requisitos de una revista científica, pero su contenido es serio
y riguroso.
Hay
características que se han mantenido a lo largo de los años. Primero: es una
publicación que sin descuidar la parte gráfica ni desmerecer el valor de las
imágenes, ha puesto mayor énfasis en los textos que en las fotos y los dibujos.
Segundo: al no tener publicidad en sus páginas, prácticamente se mantiene de la
venta de sus ejemplares, dentro de un circuito académico. Asume el hecho de no
ser una revista de actualidad y no pretende tener circulación masiva
ARQUITEXTOS
es una revista heterogénea, que siendo universitaria, recoge voces diversas. Muchas
personas han escrito en sus páginas a lo largo de los años, dando la oportunidad
de publicar textos y eventualmente proyectos a distintas personas.
Para
algunos la variedad de opiniones puede ser excesiva. Lo cierto es que ARQUITEXTOS
termina siendo el punto de unión, el lugar de encuentro alrededor de un tema, de
ideas no necesariamente concordantes, que de otro modo estarían dispersas. Una
revista que solo podría existir por el esfuerzo colectivo de personas
distintas.
ALFREDO QUEIROLO 2
Los retos de una revista de Arquitectura en
el Perú son múltiples, pero el más importante es lograr que el Arquitecto lea
algo. Primero, el estudiante de arquitectura no lee
durante la carrera, no se le acostumbra ni aficiona: cree ingenuamente que el
diseño, los libros sobre bellos edificios o Internet es suficiente para
entender o aprehender los motivos aparentes u ocultos de la arquitectura. Y no
es así. Lo peor es cuando se le da alguna lectura, probablemente no se le
brinda un material verificado previamente, el cual sepa el docente que puede
efectivamente asimilar (añadiéndole el problema que mientras menos lee, menor
posibilidad existe que entiendan un nivel de comprensión superior). Segundo, el
Bachiller no lee porque no está obligado a hacer una tesis teórica, solo práctica.
Y finalmente el Arquitecto no lee nada porque cree que diseñando únicamente
logrará "saber" sobre Arquitectura y que -lo he escuchado:- leer
pueda llevarlo a confundir, influenciarse o perder la "inspiración"
que sabiamente ya ha logrado alcanzar (?).
Por lo que creo que el reto más grande de una
revista de Arquitectura es lograr que no sólo se vean las figuritas sino que se
lean los textos. Revista como CASABELLA; ARCHITECTURAL REVIEW; la desaparecida L'ARCHITECTURE
D'AUJOURD'HUI, fueron en su momento íconos dentro de la vanguardia
arquitectónica donde no sólo se publicaban los artículos de los más eruditos
arquitectos sino también ensayos de proyectistas afamados, que aunque muy
poéticos y poco rigurosos, dejaban ver las nuevas tendencias de pensamientos
entre los arquitectos de oficio (Rossi, Isosaki, Gregotti y hasta Richard
Rogers). Es decir que si los arquitectos tenían algo que decir, lo decían a
través de literatura o dibujos (¡qué importante era que los arquitectos dibujen
bien!) pero sobre todo a través de sus explicaciones teórico/conceptuales a
raíz de algún Concurso de Arquitectura que ganaban. ¿Por qué? muy fácil, porque
se veían obligados a convertir sus conceptos en discurso narrativo, en
hipérbole, en pleonasmo o estructuralismo, duro, cartesiano si quieren. Pero
tenían que intentar un lenguaje que les sea fácil de explicar (poco floro, más
metáfora) dependiendo de la Escuela de la que vinieran. Y esas tendencias, cada
una de ellas, era el resultado de un "sistema de pensamiento" de una
"toma de partido", de "una posición política". Y la
confrontación entre ellas era lo enriquecedor. Y las
revistas debían -deben- servir para ello: para difundir la controversia, la
polémica, las disyuntivas, los limbos o hiatos, las pulsiones de cada sector,
de la época, de las vanguardias tanto como de los conservadores, desde Zevi
hasta Derrida.
"...las revistas debían -deben- servir para
ello: para difundir la controversia, la polémica, las disyuntivas, los limbos o
hiatos, las pulsiones de cada sector, de la época, de las vanguardias tanto
como de los conservadores, desde Zevi hasta Derrida".
Ahora bien ¿cómo hacerlo? Creo que una
revista -tanto peruana como internacional- debe ser tanto amena como erudita, fácil
y gráfica pero no por esto banal o frívola. No debe ser feliz o positiva porque excluiría
la crítica (nuestra gran falencia) sino mejor nos compramos una social (ahora
hay más arquitectos enseñando maquetas que hablando de arquitectura). Quizá
seria pero no tanto como para aburrirnos (revista aburrida: ¿un oxímoron?).
Pero de ninguna manera que no resista el embate o la furia de las ideas, porque
ya decía bien Churchill que "es mejor que combatan las ideas antes que las
personas" (sic).
Ah, y por si acaso, las revistas deben ser
inteligentes y para gente con cultura, porque si no sería una falta de respeto
para el que sí leyó y que siempre lo va a hacer. El resto siempre tiene más
opciones en el mercado.
LUIS RODRÍGUEZ RIVERO 3
El estado de las publicaciones en el Perú es en
general heterogéneo. Existen revistas sobre economía, ciencias sociales o
derecho con cierta profundidad en la reflexión y con un rigor mínimo en
términos científicos y críticos. Así
mismo existen revistas de difusión con formatos audaces, como Etiqueta Negra o
Dedo Medio. Sin embargo, en el campo de
la arquitectura y el urbanismo no existe ni ese nivel de profundidad (salvo el
caso de la eventual URBES) y menos ese otro de audacia. Las publicaciones son meramente informativas,
carecen de un discurso claro y tienen referentes obvios en las revistas que
circulan en otros países.
Eso se debe en parte al hecho que, más allá del
objetivo de difundir, estas no se han planteado otro objetivo de alcance mayor,
por ejemplo: extraer o construir un tipo de conocimiento hoy inexistente,
generar espacios de discusión para elevar el nivel reflexivo o, menos aún,
promover un cambio en la arquitectura, el urbanismo o la sociedad.
La arquitectura se presenta en nuestro medio como una
de las disciplinas con mayor carencia de enfoques y miradas incisivas sobre la
realidad, por el contrario, son descriptivas, visuales y condescendientes, por
lo que naufragan en el mar de la intrascendencia. A algunos esto les sonará excesivamente
pesimista e innecesariamente crítico, sin embargo son opiniones bastante
objetivas, se basa en algunos años de trabajar y colaborar en varias
publicaciones, por lo que cualquier acento crítico es más bien autocrítico, extremadamente
autocrítico. Para dejar el tono negativo
prefiero pensar en algunas cosas que deberían cambiar para mejorar nuestro
panorama.
Para empezar, las revistas deberían plantearse un
objetivo claro y entender que “difundir” es un objetivo restringido y que no
despierta ningún interés en nuestro medio. Todos sabemos que el país debe
sufrir un vuelco, nuestra realidad es una colección de injusticias y
arbitrariedades, mostrarla como si esta fuera un paraíso o como si este estuviera
a la vuelta de la esquina resulta un insulto a la inteligencia del lector, esa
es la razón por la que a nadie le
interesa lo que hoy se publica.
"Todos sabemos que
el país debe sufrir un vuelco, nuestra realidad es una colección de injusticias
y arbitrariedades, mostrarla como si esta fuera un paraíso o como si este estuviera
a la vuelta de la esquina resulta un insulto a la inteligencia del lector, esa
es la razón por la que a nadie le interesa lo que hoy se publica".
Para superar esto es necesario que las publicaciones
tengan una postura clara, que se comprometan políticamente en relación a
nuestra sociedad (no partidariamente), se debe entender que los medios tienen
la capacidad de empujar la sociedad hacia algún norte y que esto debe hacerse de
la manera más radical posible. La anomia imperante se debe a que todos apuntan al medio, a
no incomodar al otro, generando la mediocridad del mal menor. Si una publicación incomoda a los que creen
en una sociedad liberal, y donde la libertad individual está por encima de todo,
ellos escribirán en contra y la discusión será intensa, o viceversa. Y estos son
los temas de fondo en la arquitectura y la ciudad. Pero el problema aquí y hoy se
presenta porque nos han hecho creer que la arquitectura y el urbanismo son
temas vinculados al arte o a la técnica, o que hay algo así como lo
arquitectónico en sí mismo, y que ella no tiene una dimensión política, cuando todo
en la arquitectura es eminentemente político. Esto genera una gran
dificultad, la ausencia de personas que pueden escribir en ese sentido, sean de
la orientación ideológica que sean, abundando por el contrario los artículos informativos
o sobre aspectos visuales o formales y, por tanto, intrascendentes.
Se debe aclarar que cuando se habla de transformar
la sociedad no sólo se hace referencia a un cambio social, nuestra sociedad
necesita de un cambio de mentalidad –por ejemplo: ocupamos uno de los primeros
lugares en homofobia y seguro también en racismo y otros males de nuestra
subjetividad. De otro lado nuestra arquitectura no sólo es hecha en su mayor
parte con concreto y ladrillo, sino que lo no es concreto y ladrillo se
construye con materiales importados; por tanto la arquitectura se opone al
desarrollo productivo del país, sea industrial o artesanal, siendo una de las
disciplinas más conservadoras. Transformar la sociedad es entonces también transformar
su aparato productivo, su mentalidad, su subjetividad, su educación y muchas
cosas más.
Hoy en día el ciudadano espera de la arquitectura lo
mismo que del Congreso o los políticos, que se enriquezcan con el menor
esfuerzo y que sirvan a los sectores más favorecidos. ¿A alguien le puede interesar lo que
alrededor de esto se escribe?
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1. ELIO MARTUCCELLI. Arquitecto por la
Universidad Ricardo Palma. Es editor de la revista Arquitextos desde 1999.
Autor de los libros “Arquitectura para una ciudad fragmentada” y “Conversaciones
con Adolfo Córdova”.
2. ALFREDO QUEIROLO. Arquitecto por la Universidad
Ricardo Palma. Ha colaborado con el diario “El Comercio” y la revista “Caretas”
y ha dirigido el suplemento de Arquitectura del diario EXPRESO (1994-1996). Ha
sido colaborador de la revista “Arquitectura Viva” (España) y de la revista
“Escala” (Colombia). Hasta el año 2013 se ha desempeñado como asesor editorial
de la revista de Arquitectura y decoración "arq.". Es autor del libro
“Como ser Arquitecto y No Morir en el Intento” y de la Novela "El Informe
Mariano".
3. LUIS RODRÍGUEZ RIVERO. Arquitecto por la
Universidad Nacional de Ingeniería. Es colaborador y miembro del Comité
editorial de ARKINKA, creador, director y editor de Revista A de la FAU PUCP
del 2004 al 2012. Ha colaborado en las
revistas Vela Verde, Etiqueta Negra, ETC-Papers, Revista CAP, DAP (Digital
Architecture Papers) ETH y La creatura.
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