3 de junio de 2014

Unas de cal y otras de arena: concursos


Por Israel Romero Alamo 
 
¿Por qué dentro de la arquitectura peruana algunos hechos son concursables y otros no?

El concurso del Museo Nacional del Perú, luego de toda la propaganda previa, ha sido con justa razón ampliamente cuestionado. Sin embargo ese no es el único hecho importante durante estas semanas. Estamos a pocos días de la inauguración de la Bienal de Venecia —hecho para el cual también ha existido publicidad, entrevistas y fotos de por medio— y nadie ha discutido la designación de José Orrego y Sharif S. Kahatt como comisario y curador, respectivamente; cuando los representantes y temas de México, Chile o Uruguay, para no ir muy lejos, han sido legítimamente concursados.

Si aislamos el hecho de que el Museo Nacional sí llegaría a ser algo “real” y la participación peruana en la Bienal de Venecia es algo que queda en la pura exposición, tendríamos que ambos acontecimientos son igual de relevantes para la arquitectura peruana. 

Probablemente Orrego y Kahatt tienen el respaldo de haber participado en la edición anterior… y eso puede darles de manera automática un poco más de experiencia para afrontar la situación actual; cosa que no está mal. Capacidades y méritos han de tener, eso no está en discusión. Lo claramente discutible es la manera en que se manejan las designaciones y decisiones importantes dentro de la arquitectura y la reacción que tenemos los arquitectos frente a ello. Desde el momento en que algo se denomina “arquitectura peruana”, se compromete a todos los arquitectos del Perú, no sólo a unos cuantos. 

Entonces, ¿quién ha decidido que Kahatt y Orrego son los indicados para hablar de la arquitectura peruana? ¿A quién se le ha consultado para saber si lo que se expondrá es lo que se debe exponer y, sobre todo, si eso refleja al Perú? En definitiva, ¿quién decide qué cosa es la arquitectura peruana? Y lo más trágico, ¿por qué de esto nadie está hablando?

En la página 20 de la edición 222 de ARKINKA, importantes arquitectos, encabezados por el director de la revista, ejecutaron un hecho loable para exigir un poco de respeto a la profesión del arquitecto. ¿Por qué no han usado la misma influencia y medios de igual manera para promover un concurso en otros acontecimientos como la representación peruana en la Bienal de Venecia? ¿Por qué muchos arquitectos no demuestran la misma vehemencia, preocupación e indignación en todos los casos? De la misma forma, ¿por qué los arquitectos jóvenes no alzan aquí también su voz de protesta?

Si bien es justo indicar que el Estado y el Colegio de Arquitectos del Perú suelen ser los abusivos e inconscientes antagonistas de la película, eso no es garantía para indicar que dentro de la "buena arquitectura" las cosas se manejan con mayor claridad. Es probable que en las próximas semanas y meses se celebre el Pabellón peruano con artículos blandengues y reseñas mermeleras como hace dos años, demostrando que a la arquitectura "oficial" no se le critica.

No podemos exigir respeto y democracia por parte del Estado y de la sociedad en general si por dentro los personajes y círculos fantasmales que tienen el poder (y no hablamos del Colegio de Arquitectos) deciden unidireccionalmente los destinos de la arquitectura peruana.





 Entrevista: Gaeta & Springall / Pabellón Mexicano 14a Bienal de Arquitectura de Venecia -  Fuente: archdaily.mx

No hay comentarios: