7 de febrero de 2017

Cuando un edificio es bonito por fuera pero llora por dentro

Por Jeynner Gabriel Fuentes Mera


La ciudad de Chiclayo hace 19 años (para ser exactos el 14 de febrero del 1998) soportó una de sus peores tragedias climáticas: prolongadas horas de lluvia intensa, desbordes de acequias, alcantarillas colapsadas, viviendas inundadas y edificios momentáneamente inutilizables. Hace algunos días (a inicios de febrero del presente año) la ciudad soporto nuevamente fuertes lluvias, y, para gran sorpresa de sus habitantes, volvió a suceder lo mismo: desbordes de acequias, alcantarillas colapsadas, viviendas inundadas y edificios momentáneamente inutilizables.

Cuando la ciudad sufre una inundación es culpa de sus autoridades (eso estamos aprendiendo, por fin). Pero cuando un edificio falla ante la lluvia: ¿culpa de quién es?, ¿es culpa de la ciudad que no estuvo preparada para el edificio?, ¿es culpa del edificio que no pudo defenderse de las lluvias?, ¿es culpa, acaso, de sus proyectistas, ejecutores, supervisores, entre ellos, arquitectos e ingenieros?

Hace algunos días publiqué desde mi cuenta de Facebook una foto en donde se puede apreciar la manera tradicional de eliminar el agua de lluvias en un patio. A raíz de esto surgió un pequeño debate en la red social gobernada por el “like”, en donde es lógico todos tenemos voz, sea cual fuere nuestra posición. Sin embargo, me llama la atención el hecho de algunos al no poder controlar ciertas emociones y defender un incidente o una falla, vertiendo comentarios de indignación, en algunos casos, y de menosprecio, en otros con dosis de sarcasmo, claro está, por el simple hecho de haberse mostrado la manera tradicional de botar el agua de las lluvias en el Colegio de Arquitectos de Lambayeque como consecuencia de la lluvia intensa.

Colegio de Arquitectos del Perú - Región Lambayeque (2017) Fotos: Jeynner Gabriel Fuentes Mera

Entendamos que maletear no es criticar, esto no es ético. Hacer mención de deficiencias técnicas no es maletear. No hacer mención de las falencias es ser cómplice, y corremos el riesgo de caer en el círculo vicioso del “no voy a criticarlo porque es mi pata y luego se resiente conmigo" o del "no voy a hablar mal de la obra de mi amigo, porque si no más adelante no podré trabajar con él". El arquitecto Wiley Ludeña en sus clases de Crítica hacia mención de algo que él siempre creyó: “un crítico es un ser ermitaño y sin amigos”, ¿pero, en este caso, un amigo no es acaso el que te dice la verdad?

El arquitecto chileno Enrique Browne Covarrubias nos dice: “incomoda hablar de temas éticos, porque son difíciles de conocer en profundidad y evaluar con justicia. Pero es inevitable hacerlo, ya que pueden tener graves consecuencias críticas. En especial en el sensible ambiente arquitectónico, donde se cruzan amistades con rivalidades, lealtades con egos y celos. Además, al ser la arquitectura un arte-profesión, se estima que cualquier crítica negativa puede afectar la relación del autor con sus clientes… debido a lo mismo, la crítica suele ser vigilada de cerca por las asociaciones gremiales” (2011). Browne comenta además que para el caso específico del campo de acción en la producción arquitectónica “los arquitectos pedimos más y mejor crítica. Sin embargo, en general no la deseamos para nuestras propias obras, a no ser que estén precedidas de cierta incondicionalidad” (2011).

Es claro que Browne nos induce a pensar sobre la importancia de la ética del emisor y su capacidad objetiva, pues, a pesar de estar envuelta en relaciones afectivas con sus posibles receptores, que lógicamente se producen un ambiente subjetivo, dicha crítica no debe pender su objetivo social.

Una ciudad que goza de libertad, como Chiclayo, ¿no merece acaso de una cierta dosis de crítica, ya sea en sus edificios como en su planteamiento urbano? Como diría Josep María Montaner: "En primer lugar, es evidente que el contexto de la crítica es el de la geografía de la democracia, el de los territorios en libertad. Sólo hace falta ver cuáles son los lugares donde se han desarrollado estas tradiciones críticas o dónde existen los grandes museos y las grandes editoriales de temas artísticos. Ningún país, sin un vital y consolidado proceso democrático, puede aspirar a generar ninguna propuesta relevante en el campo de la crítica artística. [...]” (2011).

Wayne Attoe afirma que para mejorar la arquitectura, la crítica debe de plantearse dicha mejora como su objetivo principal. Para mejorar las cualidades de los elementos edilicios venideros ésta se debe sustentar en la crítica de sus elementos pasados, con visión de sembrar una enseñanza, y ésta, a su vez, brinde un enfoque hacia el futuro con el fin de mejorarlo. Sin embargo, Attoe advierte que “la razón de que la crítica arquitectónica no se ha podido desarrollar y extender es que, en su mayoría, los esfuerzos encaminados a lograr tal crítica no han tenido grandes repercusiones” (1982 [1978]). Por tal motivo debemos entender que la actitud de un crítico es fomentar su comportamiento como actividad humana, mas no como un enjuiciamiento.

En este sentido, qué hace a un edificio 'ajeno' a la crítica: es su calidad de edificio proclamado como perfecto y bonito; por la dinastía lograda de su proyectista; por su concepción teórica; o quizás, por ser elegido dentro de muchos otros edificios como el mejor para un determinado fin. Puede que la sede del Colegio de Arquitectos de Lambayeque tenga sus méritos ganados, y con justicia, pero, ¿hasta dónde puede llegar la responsabilidad del arquitecto creador cuando éste (su edificio) sufre a causa de una no consideración técnica? ¿o a quién se debe recurrir para tener una pronta solución como la sufrida en este último periodo de lluvias? ¿falló acaso el especialista en ciertas soluciones técnico-constructivas?

Proyecto del Colegio de Arquitectos del Perú - Región Lambayeque / Premio Nacional de Calidad Arquitectónica Celima (2007) - Arq. Carlos Palomino Medina

No se puede negar que el edificio ya está sufriendo por volver a soportar, y sopesar, cuestionamientos técnicos a causa, esta vez, de las lluvias. El aumento de la napa freática, las filtraciones del agua por sus vacíos, la inundación inevitable desde la calle, hicieron notar las falencias del edificio. Y son algunos factores que nos deben servir ahora de aprendizaje para superar futuros impasses. Hacer primar consideraciones objetivas para el beneficio del usuario son características intrínsecas de una ciudad confortable, evitando en la medida de lo posible considerar a los edificios como elementos aislados dentro de su entorno y la ciudad. La crítica es un factor que permite el análisis y evaluación, tanto a nivel de pregrado como a nivel profesional, en definitiva, para mejorar como ciudadanos. 

Una ciudad como Chiclayo, con periódicas lluvias intensas; sin capacidad desde las autoridades para ejecutar un sistema integral de drenaje pluvial; con una población votante que en su mayoría prefiere embustes, con candidatos políticos que ven más fácil comprar votos con bolsas de arroz en vez de ejecutar planes de desarrollo urbano u obras públicas que mitiguen y reduzcan los daños; con profesionales que poco interés mostramos al momento de tener criterio técnico en el planteamiento, ejecución y mantenimiento de un proyecto, no debe darse ya el lujo de esperar 20 años más para volver a pasar por lo mismo, y seguir llorando por dentro.


Bibliografía
Attoe, W. (1982 [1978]). La crítica en arquitectura como disciplina. México: Editorial LIMUSA S.A.
Browne, E. (2011). Arquitectura: crítica y nueva época. Santiago, Chile: Editorial STOQ.
Ludeña Urquizo, W. (1997). Ideas y Arquitectura en el Perú del Siglo XX. Teoría, Crítica e Historia. Lima: SEMSA. Servicios Editoriales Multiples SA.
Montaner, J. M. (2011). Arquitectura y crítica en Latinoamérica. Buenos Aires, Argentina: Nobuko.

2 comentarios:

Arq. James Rojas Quispe dijo...

Lo que yo me pregunto regularmente es: ¿acaso los proyectos ganadores de concursos, no deben acaso ser perfeccionados antes de ejecutarse, con recomendaciones hechas por el mismo jurado calificador que los eligió como ganadores?.
En el caso específico del edificio del Cap Lambayeque, la columna en el estar principal o los baños en los que se ven los urinarios a través del espejo cuando se abren las puertas (que siempre recomiendo a mis alumnos ver para no repetir), caso aparte por cierto el tema de seguridad; no debieron ser observadas por el jurado y plantear mejoras, a pesar de que por su concepción y planteamiento general, el proyecto fuera el mejor dentro de los postulantes?...

Anónimo dijo...

un desconocido.
La verdad no es manera de decir las cosas con tanto rodeo y hablando muy poco del tema al cual se refiere en este articulo, me parece de mal gusto el lenguaje que aplica y pretenden ser tecnicistas, deberían ser mas objetivos y hablar de manera concisa saliendo de argumentos cotidianos (que me dijo el amigo y cosas así), con esto solo entiendo de alguien donde su critica arquitectónica esta en cualquier lado no en este articulo ademas por la manera en que muestra el caso le dedica un render a algo que dice ser inconcebible.
Se agradecería que para una próxima publicación revisen mejor sus argumentos o mas aun cambiar de fuentes de información.
saludos